Los hombres también lloran
Entre la multitud de creencias limitantes que tenemos bien arraigadas en esta sociedad es la de “Los hombres no lloran”. Poco a poco esa idea está siendo desmantelada y cada vez hay más hombres capaces de expresar sus emociones, aunque siguen teniendo carencias importantes en lo que a inteligencia emocional se refiere.
Las emociones no diferencian entre sexo, raza, edad o religión. La alegría, la rabia, la tristeza, el miedo son comunes e iguales para todos, lo que sí varía es la manera de manifestarlas o expresarlas. Hombres y mujeres tienen una vida emocional similar, lo que los distingue es la manera de exteriorizar dichas emociones. Todavía expresar lo que uno siente se considera signo de debilidad, cuando es todo lo contrario: demuestra conciencia de nuestras emociones, de lo que sentimos y que somos capaces de expresarlas y compartirlas con los demás.
Emociones y género
Por otro lado hay emociones que son más aceptadas si las experimentan mujeres en vez de hombres. Por ejemplo, está mejor visto que un hombre manifieste su rabia o su ira a que demuestre que está triste o que siente miedo. Mientras que las mujeres deben reprimir su enojo y es más fácil que expresen la tristeza o el miedo.
A las mujeres les es más sencillo hablar de emociones y se reúnen entre ellas para compartir sus vivencias, mientras que los hombres no suelen hacerlo, excepto en casos de “extrema necesidad”. También es curioso el hecho de que a los cursos y terapias de crecimiento personal acudan muchas más mujeres que hombres, sin embargo son estos últimos los que consumen más libros y vídeos de “autoayuda”. ¿Tanto les cuesta salir del armario emocional? Reconocer que son humanos, que tienen sentimientos, que experimentan emociones y que pueden hacer partícipes a los demás de las vivencias más profundas.
No pasa nada por llorar, es sano, es liberador y muy terapéutico. Lejos de ser algo negativo, llorar supone interesantes beneficios. Los componentes químicos de las lágrimas ayudan al ojo a protegerlo de bacterias y virus, además de servir como un analgésico natural. Existen estudios que señalan que al llorar se segregan ciertas hormonas que causan efectos calmantes al liberar adrenalina y noradrenalina.
Por tanto, los hombres también pueden y deben llorar. No hay nada más tóxico que reprimir las emociones, taparlas y hacer como si no estuvieran. Las emociones surgen como reacciones a ciertos estímulos del entorno, lo que debemos hacer es reconocerlas, darlas su espacio en nosotros y gestionarlas adecuadamente para no herirnos a nosotros mismos o a los demás.
¿Y tú? ¿Qué espacio das a las emociones en tu vida? ¿Qué tal se te da manifestarlas? ¿Qué aspecto en lo que a inteligencia emocional crees que debes mejorar? ¿Quién podría ser tu referente en lo que a gestión emocional se refiere?
Estas y muchas más preguntas podrás responderte si comienzas un proceso terapéutico, bien sea para desarrollar algún aspecto emocional o cualquier otra meta personal que te propongas.