Nuevas constelaciones del espíritu
El pasado febrero, Bert Hellinger, padre de las Constelaciones familiares, a sus más de 90 años, se subió al escenario del Palacio de Congresos de Ávila y, en un movimiento de consciente despedida, mostró las nuevas Constelaciones del Espíritu. Sin casi palabras, el movimiento se hizo dueño de la verdad, sin necesidad de réplica ni de explicaciones.
Fue muy intenso y sanador, siempre lo es, las constelaciones familiares siempre lo son, porque muestran sin racionalismos aquello que va más allá y que mueve los hilos de nuestras relaciones personales, familiares y laborales. Ese movimiento inconsciente que nos dirige de manera tragicómica a repetir los mismos errores que nuestros antepasados no pudieron digerir. Hasta que lo cambiamos por un movimiento Consciente, de Amor, y con Nuestro Espíritu al mando.
A través de una constelación uno puede identificar los patrones y sistemas inconscientes que enredan sus relaciones familiares, de pareja, de trabajo, el origen de las enfermedades, y puede así tomar consciencia de ello de forma que pueda crear una imagen nueva que sirva a los órdenes del amor.
Estaban en el congreso facilitadores de constelaciones de varios países, muchos de ellos profesionales y sin embargo, la embriaguez y la consternación estaban presentes, todavía sorprendidos de tanta magia, después de tanta experiencia profesional. Personalmente, me sorprendí también ante la altura del maestro, y secretamente confesaré que me sorprendo cada vez que facilito una constelación, pues, es como ver el espíritu en acción, y el alma expresando con movimientos dónde se quedó enredada.
De hecho, incluso me sorprende a veces la dificultad que me supone explicar qué es una constelación sistémica o familiar, de forma consciente, pues con perdón, cada vez se parecen más a un acto mágico, seres que conectan con memorias, que desenredan sin conocerse unos a otros, tramas ocultas, y almas sin identificar, hijos no conocidos, primeras mujeres, complejos de Edipo, problemas entre hermanos, etc. Me sorprendo porque estamos ante un acto mágico del movimiento del espíritu. Y qué pocas veces dejamos que se exprese Nuestro verdadero Ser.
Lo que quiero decir es sin embargo, más sencillo, quiero constelaros, formaros, informaros para que podáis ser Almas Libres, y que nuestro árbol familiar esté en armonía y solo obedezca a los órdenes del Amor. Que liberemos las dificultades que ellos no supieron discernir, que nadie más tenga que volver a pasar por eso. Que devolvamos las cargas, y aceptemos las jerarquías que mantienen el sistema familiar en armonía...que integremos la energía de la madre...
Fue todo tan sencillo en Ávila que no podría explicar bien con palabras qué hicimos, pero puedo explicar que vine cambiada, que la relación con mi marido y mi hijo cambió, que pude integrar lo que faltaba. Que cuando llegué a casa estaban relajados, felices, tranquilos.
Qué más decir: que una Constelación familiar hecha desde el corazón, sin demasiada intervención, deja que lo grande se exprese sólo con el movimiento...decir que te quedas en paz, la paz que solo da el saber que todos los que estuvieron antes que tú, han encontrado su lugar.
Es una terapia bien especial y ¿a quién va dirigida? A todos, ¿quién puede formarse? Todos. Se podría decir que es una terapia cuántica, que va al pasado para transformarlo y cambiar tu futuro. ¡Quién no necesita eso!!!
Pero sobre todo, la constelación se dirige a ese que vive dentro de ti - llámalo alma, espíritu- que es más grande que tú mismo y necesita expresar cuestiones que van más allá de ti... En un interminable diálogo con tu esencia.