¿Están activos los sentidos psíquicos?
Nuestro cerebro está conectado a través de una extensa red neuronal de energía eléctrica transmitidas con impulsos.
Las energías de las ondas cerebrales tienen una relación directa con los convencionalmente llamados “Sentidos Psíquicos”. Hay diferentes sentidos psíquicos o intuitivos que se hallan propiamente activos en muchas personas, pero en otras están aún dormidos, esperando algún día sacarlos a luz para mostrarlos al mundo.
Los niños tienen esta capacidad mucho más desarrollada, porque su cerebro no está estructurado como el de un adulto.
La “comunicación” niños- adultos es mediante la vibración o la emoción que emitimos los más grandes, por eso, ellos asocian los actos en función del campo emocional de su entorno y la palabra expresada. En muchas ocasiones no somos conscientes de esta relación. Con el tiempo éstos se irán apagando por la forma de educarlos y estructurarlos.
La mayoría de las personas adultas los tienen ocultos bajo capas de sistemas de creencias que les impide experimentar sus “dones" y mostrar sus capacidades innatas que traen consigo desde que eligen venir a experimentar la vida humana. Sin embargo, acceder a ellos se puede de muchas maneras.
Manifestación de los sentidos psíquicos
El estado Theta, es uno de los más apropiados para este aprendizaje. Los sentidos pueden manifestarse de diferentes maneras según la persona y cómo los ha desarrollado.
La empatía es la cualidad de experimentar lo que sienten otras personas en un nivel intuitivo o de conectarse con el “sentimiento” que experimenta la persona. Un ejemplo de habilidad empática sería cuando alguien tiene dolor en alguna parte del cuerpo y tú sientes lo mismo, en un grado menor, en la misma parte. Sencillamente “sabes” que lo tiene en esa área. Este sentido también te permite saber lo que otros sienten de ti cuando entras en un espacio, si eres de su agrado o no.
Dentro de este mundo tenemos la clarividencia conocida como la habilidad de ver objetos o acontecimientos que no percibimos normalmente con los sentidos que utilizamos a diario. Es como tener “otra visión”, al visualizar con el tercer ojo de la mente para ver el aura y visiones de sucesos. Al desarrollar este sentido la persona puede llegar a leer los pensamientos de otros. Ser clarividente te permite llegar al interior del cuerpo. Ejemplo si alguien tiene miedo de contraer una “enfermedad grave”, la persona intuitiva podrá “leer” este miedo a través del tercer ojo.
La clariaudiencia es la habilidad de escuchar sonidos y palabras que no se perciben con el sentido normal del oído. Se encuentra en tu sistema auditivo y localizado encima de nuestros oídos. Es el último de los sentidos psíquicos en desarrollarse.
Es el que te permite conectar mediante la escucha a otros seres que se encuentran en otros planos. Un ejemplo sería cuando un ser “desencarnado” o los llamados ángeles guardianes quieren hablarte, con una voz de advertencia en tu interior, diciéndote “¡QUIETO!” “¡No vayas a tal sitio!”. Nos ha pasado a muchos de nosotros. Sin embargo, no solemos escuchar estas voces con nuestros oídos, pero pueden escucharse como forma de pensamiento que viaja a través de nuestros sentidos o como una vibración alrededor de nosotros.
Y finalmente entre nosotros ronda el sentido Profético o Profecía. Es la habilidad que revela o predice con total certeza, utilizando la conexión o inspiración divina. Han pasado por el mundo muchos profetas y maestros en diferentes culturas y épocas que tenían la habilidad o habían desarrollado (ese sentido bajo un concepto probablemente de no juicio) la conexión directa con la Divinidad, llegando a decir cosas adelantadas en su tiempo, al tal punto que podían predecir con exactitud futuros acontecimientos.
Con este poder podemos aprender a combinar todos los sentidos psíquicos para acceder a las ondas cerebrales en estado puro.
El conocimiento y aplicación de los sentidos psíquicos en nuestra vida cotidiana nos pueden ayudar a comprender muchos aspectos de nosotros mismos y aportar al mundo un granito de arena o plantar una semillita para futuras generaciones.