Yo he conocido personas adultas que comentaban lo mismo "yofumo pero lo controlo y puedo dejarlo cuando quiera", pero en la mayoría de los casos eso esconde una adicción no reconocida y un no querer aceptar los efectos que provoca el consumo de las drogas,ya sea tabaco o marihuana.Cuando estas mismas personas lo han conseguido dejar definitivamente, se han dado cuenta de cómo les afectaba a todos los niveles: salud, estado emocional, memoria, concentración,etc...y se han arrepentido de no haberlo dejado antes.
Y más de uno he conocido que ha entrado en auténticos brotes psicóticos por consumo de porros.
Así que yo insistiría a los padres en que estén nuy atentos en la prevención de este tema y tal como afirma Julián, que intenten educar basándose más en criterios que aumenten la autoestima del niño-adolescente y en su curiosidad por descubrir y disfrutar de la naturaleza y de actividades enriquecedoras para él.
Sobre todo prestarle atención, para que no tenga la necesidad de reclamarla saltándose las reglas y haciendo aquéllo que sabe que vaa molestarle a los padres.
Saber escucharlo,saber contenerlo y saber estar ahí siempre que el chico le necesite, pero al mismo timempo, sin imponer y sin agobiar.
No creer que como ya sin mayores (en la adolescencia, me refiero), ya no nos necesitan porque ya son independientes y de todas maneras, no hacen caso...
Esa es la solución cómoda y fácil, pero no la correcta.
Un adolescente es un ser sumamente frágil, se cree independiente pero anda completamente perdido y, precisamente por eso, es vulnerable a dejarse influenciar por cualquiera, de ahí lo de "las malas compañias".
No me cansaré de recalcar que en esas edades, la presencia discreta pero sabia de los padres, es imprescindible.Deben ser el punto de apoyo y de referencia al que los chicos siempre puedan acudir.Es un trabajo arduo para los padres, pero que con el tiempo van a agradecer seguro.