Varias cuestiones respecto al tema. Primero que a la lo largo de la historia de la humanidad las drogas siempre han estado ahí y, especialmente en el caso de las drogas psicodélicas (el cannabis se puede considerar un psicodélico suave) se han utilizado con propósitos muy diversos, muchas veces terapéuticos y/o espirituales. Y seguirán estando. Sin embargo, no siempre ni en todas las sociedades han sido un problema. Según Galeno, en la antigua Roma era habitual repartir flores de cannabis entre los invitados a las reuniones sociales para rebajar tensiones e incrementar la sensación placentera del encuentro, y era un elemento que se encontraba habitualmente en los hogares romanos. Y, a diferencia del alcohol, no he encontrado noticias de que ello supusiese un problema ni de salud ni de orden público. No fue hasta la llegada del cristianismo, que la consideraba una hierba pagana, que este fue relegado (de la misma manera que los misterios de Eleusis, un rito iniciático griego en el que se utilizaba una sustancia psicodélica actualmente desconocida, sobrevivieron al imperio romano pero no a la llegada del cristianismo). Seguramente es a esta visión que mantuvieron los primeros cristianos a la que debemos, en primera instancia, el actual tabú respecto a las sustancias psicodélicas.
Entonces, nos podemos preguntar, ¿como algo que para los romanos no suponía ningún problema a nosotros nos trae tan de cabeza? Pues porque era algo integrado en su cultura. Creo que con el cannabis tenemos un problema cultural a causa de la ilegalidad como alguien ha propuesto, pero sobre todo del tabú. Necesitamos volver a tener una cultura de las drogas y, por lo tanto, una educación en las drogas, y ello no es posible si el mensaje es "simplemente di no". Eso no hace más que incrementar el tabú y perpetuar el desconocimiento. Y en el caso de los adolescentes, los aleja de los padres y los educadores. De la misma manera que la educación sexual no se puede limitar a las medidas higiénicas y contraceptivas, la educación en las drogas significa algo más que conocer sus peligros: significa aprender a usarlas bien, si es que ese es el deseo de la persona.
Obviamente, las drogas psicodélicas no son recomendables para personas inmaduras (es una cuestión de madurez, no tanto de edad aunque esta pueda ser un indicador, pero no necesariamente una persona de 50 años es una persona madura), pero tampoco he encontrado ningún estudio serio que realmente demuestre que alguno de los efectos que se le atribuyen al cannabis, como la psicosis, se puedan atribuir a su consumo y no a una condición previa. En cualquier caso, cuando alguien desarrolla un abuso de sustancias, como en el caso de cualquier conducta autodestructiva, es porque le pasa algo. Si alguien desea profundizar en el tema le recomiendo esta entrevista con Marion Woodman
circulosdemujeres.blogspot.com/2018/08/c...iritualidad-una.html
Si me encontrase con un adolescente que abusa de la marihuana trataría de comprender porqué, que es lo que encuentra ahí que no lo encuentra de otra manera, y cómo es que no lo encuentra de otra manera. Sin embargo, ¿cuantos padres y cuantos educadores tienen realmente un conocimiento sobre el tema que no esté mediado por el tabú? En muchos casos, la información y la experiencia de que dispone el adolescente es mucho más completa que aquella de que disponen los padres. Y a veces incluso es más maduro. Si ese chaval fuese mi hijo, probablemente me dirigiria a un profesional, pero trataría de que ese profesional cumpliese por lo menos dos requisitos:
- Que fuese un buen conocedor del tema y no se dejase influir por los tabues sociales al respecto.
- Que su enfoque fuese sistémico, en el sentido de que trabajase con el núcleo familiar en su totalidad: los problemas de los hijos no suelen estar desvinculados de los problemas de los padres, y llevar al niño al psicólogo como quien lleva el coche al mecánico ("a que me lo arreglen") suele dar resultados bastante limitados, si lo comparamos con aquellos casos en que los padres se implican profundamente en la terapia.