Ayer me dejé el móvil en casa, tras el primer impacto de "ahí va y ahora que", decidí aprovechar la ocasión para observar mis reacciones a lo largo del día por no disponer del móvil.
Ya se han bautizado con nombres a ciertas tecnopatologías, las enumero a modo informativo:
Nomofobia: Miedo irracional a estar sin teléfono, ya sea por olvido, quedarse sin batería o sin cobertura.
Síndrome del doble chek o apena del whasapp: Constante necesidad de revisar la app en busca de mensajes nuevos, esperando respuestas de forma obsesiva, pensando si el destinatario ha recibido el mensaje, si ha está conectado, porque no le ha respondido aún...
Síndrome de la llamada o mensaje imagiario: la persona está siempre pendiente del móvil, hasta el punto de que imagina que recibe llamadas o mensajes cuando en realidad no ha sucedido. El cerebro puede hacer imaginar que escuchamos el tono o la vibración.
Síndrome FOMO (fear of missing out): Miedo a perderse algo de lo que sucede en el mundo, en sus redes sociales y también a no poder mostrar a los demás todo lo que hace en su vida social.
Depresiónde Facebook: Cuando se compara constantemente su perfil con los de otras personas muy populares en el medio, que suben fotos, viajes, comidas, aparentemente muy felices, con estupendos trabajos, familias y con muchos seguidores, lo que le hace pensar que su vida es aburrida y que no tiene ningún interés, que no está a la altura.
Narcisismo digital: Es la necesidad de hacerse selfies continuamente, mostrándose siempre feliz.
Síndrome de Google: El buscador que lo sabe todo y donde se puede encontrar todo, se convierte en el medio para buscar solución a problemas de salud, consultando sus síntomas, autodiagnosticándose y automedicándose. También se da cuando acostumbramos al cerebro a que no se esfuerce en pensar ni recordar, ya que cualquier respuesta la tenemos en un clic de distancia.
En mi caso me he dado cuenta de que no memorizo ningún número de teléfono, algo que hacía cuando no disponíamos de móviles, así que enmiendo esto memorizando al menos los de las personas más importantes para mi. Es verdad que es una gran herramienta, muy útil, que nos facilita mucho el trabajo, pero como toda herramienta, el uso que le damos depende siempre de uno mismo, recomiendo la experiencia de estar un día sin móvil.
En el día a día pongo en silencio el móvil mientras estoy en consulta y la finalizar al mediodía y a la tarde veo las llamadas y mensajes y dedico un espacio a contestar, aprovecho siempre los momentos que estoy con otras personas para practicar espacios temporales sin móvil y dedico un espacio semanal a las redes sociales, para mi esto me crea normalidad.
¿Que hábitos recomendarías o cuales recomendarías evitar respecto a este tema?