Hola de nuevo,
siento no haber podido participar de nuevo antes en este interesante tema. Gracias Inti, por sumarte, y lamento que no se sumen aún más profesionales a dar su visión, pero bueno, es un tema polémico.
Inti, conocía la entrevista, que por cierto no tiene una traducción al español. El artículo de Der Spiegel se puede consultar online, y usando la herramienta de traducción de google o bing se puede leer completa, si no se sabe alemán. Es lamentable pero de esta noticia se han hecho eco muchos medios de comunicación sin contextualizarla correctamente y se han montado muchos revuelos sin conocimiento, y sin que nunca se consulte la fuente original. El artículo habla del increíble aumento de diagnósticos de enfermedades mentales por problemas como la ansiedad y la depresión, y de la medicalización (y empastillamiento) de muchos problemas humanos "normales". Ahí es donde entra la parte en la que se explica que el TDAH es un ejemplo perfecto de enfermedad "fabricada" o inventada, y para argumentarlo, explica la propia historia de su inclusión en el DSM, que no está de más decirlo, es la herramienta de clasificación diagnóstica de la Asociación Americana de Psiquiatría (estadounidense), y cuyo modo de proceder, como han denunciado numerosos psiquiatras como Allen Frances, que participó en el desarrollo del DSM en su versión cuarta (IV) dista mucho de ser científico, fiable, o basado en la evidencia. De modo que no dijo jamás que no existiera, sino que es un ejemplo de cómo la presión ejercida desde distintos frentes, culminó en la inclusión en ésta herramienta de diagnóstico, que es como suelen incluirse nuevos trastornos.
En respuesta a tu comentario de que no aporta ninguna fuente Dolors, la fuente es el propio Leon Eisenberg, como testigo, como historia viva (en el momento de la entrevista) de cómo la inclusión en el DSM nunca obedeció a motivos médicos ni científicos. Ésta revelación es suficiente para cuestionarlo, sobre todo faltando lo verdaderamente importante: evidencias empíricas suficientes que sustenten la mera existencia del diagnóstico.
Personalmente creo que como mucho, se podría considerar un síndrome, no un trastorno (los síndromes son cuadros o agrupaciones de síntomas sin una etiología definida o demostrada). Y en los casos de disfunción cerebral mínima, el diagnóstico pues es precisamente ese, no TDAH o TDA. En nuestra forma de trabajar realizamos un diagnóstico diferencial, en ocasiones una evaluación neuropsicológica (que muchas veces a pesar de venir ya con el diagnóstico desde salud mental no se ha hecho), y trabajamos desde una perspectiva de terapia familiar. Estas familias y estos niños por supuesto existen, estoy de acuerdo Dolors, pero esto no lo hemos puesto nunca en duda, sino el diagnóstico dado a estos niños y sus familias, y la forma de entender lo que sucede y su abordaje. Los problemas atencionales pueden tener una amplia etiología u orígen, entre otras cosas como comentaba en mi anterior intervención, posibles problemas a nivel emocional que afectan a la atención, como se sabe desde hace tiempo desde la neurociencia de la emoción. A veces éste funcionamiento cerebral diferente se debe a experiencias tempranas traumáticas, a veces disociativas, que han producido este funcionamiento diferente, temporal, y que trabajándolo, a nivel individual con el niño, y a nivel familiar (indagando también en los estilos de gestión emocional), suelen poder modificarse. Espero haberme explicado mejor ahora. No dudo que existan niños con problemas de atención, o incluso niños con conductas de desatención, aburridísimos en clase ante profesores desmotivados o quemados, y con una concepción pedagógica desfasada (y que entonces no serían niños con problemas, por mucho que se quieran problematizar). Ambos casos, y muchos más pueden darse. Lo que no podemos es reducirlo todo a trastornos, patologías y síndromes médicos sin más, sin hablar ni con los niños e intentar entenderlos, ni con sus familias. Y encima drogarlos, darles una identidad (un diagnóstico médico y más si es crónico condiciona hasta ese punto, y más en la adolescencia) y esperar que mejoren. Ya es hora de decir basta.
Sobre este tema recomiendo encarecidamente la lectura de
Papeles del psicólogo "La medicalización de la infancia en salud mental: el caso paradigmático de los trastornos de atención", de Carlos Javier López
donde se ponen en duda las principales falacias sobre las que se sustenta este diagnóstico.
En este artículo Dolors, encontrarás todavía más evidencia, aparte de la que ya te he aportado del servicio de salud vasco, y que no has comentado.
Saludos.
Iñaki López, psicólogo en Madrid de Paideia Integrativa