Empecé en la espiritualidad desde la nada, derrumbando todo mi sistema de creencias, todo lo que sabía y daba por sentado. Llegué a ese derrumbe desde la posición, muy aférrima, agnóstica.
La muerte y la resurrección en mi vida ha sido una constante presencia. Sin embargo, ese derrumbe fue el más notorio porque marcó un cambio de perspectiva totalmente diferente.
Desde entonces, mi trabajo personal se aceleró. Y acabo de pasar por un proceso duro del que aún estoy saliendo, emergiendo de nuevo, que ha durado casi 3 años y, a través del cual, he podido liberarme de los programas y anclajes más duros que los seres humanos tenemos.
Canalizo desde niña, pero hasta la madurez no llegué a entender qué significaban esas voces.
Mi padre, fallecido cuando yo tenía 17 años, no elevado a la luz, me acompañó durante mucho tiempo y fue quien me presentó el mundo espiritual; precisamente porque lo sentía y oía en este mundo físico estando muerto.
Espiritualmente hablando soy una limpiadora. Limpio, desprogramo y desbloqueo todo obstáculo haciendo que las personas retomen su energía propia y recobren su libre albedrío. Sin esa limpieza ningún ser humano es. Las invasiones de energías densas se hacen cargo de nuestras vidas.
Nuestras vidas anteriores cargaron de programas nuestra alma que, a día de hoy, son inútiles, inservibles y nos impiden ser y elegir.
Todo, en nuestra vida actual, es un programa, lo que piensas, cómo sientes, cómo actúas, obedece a imperativos programados por energías densas.
No sé lo que es la enfermedad aunque la he vivido muy cerca y en mí misma también. La enfermedad es un programa que, igualmente, se puede anular si está en el proceso de la persona, y debe ir acompañado con un gran cambio de conciencia.
Todo lo que tiene el ser humano de diferente respecto al resto de seres vivos es su mente. A través de la mente enfermamos, bloqueamos, matamos, abusamos y, a través de ella, sanamos, creamos felicidad y bienestar. Sólo debemos controlar la mente y, puedo asegurar, no es difícil. Es nuestra única herramienta (de momento) y es muy valiosa, con ella podemos crear nuestra vida, nuestra realidad.
Me encanta dar cursos y talleres en los que trasmitir lo que sé, ayudando a las personas a encontrarse con quien, en realidad, es y aportar herramientas para que ellas mismas puedan, por sí solas, limpiarse y liberarse para poder andar libremente su camino.
Sano y limpio a las personas que lo necesitan a través de su esencia o espíritu, tu yo más cercano a la fuente original.
A grandes rasgos esta soy yo. Y me encantaría conoceros y ayudaros en lo que necesitéis.
Bendiciones.