¿Y qué dirán de mí?
La alimentación puede llegar a ser un tema tabú del que ni siquiera querrás hablar con los amigos o la familia.
Preguntar a tu amigo de toda la vida qué opina sobre que te quieras hacer o que ya te hayas vuelto vegetariano, en ocasiones genera un debate del que desearás salir huyendo.
Y es que nuestra relación con la comida se ha vuelto antinatural, contradictoria e incluso a veces hasta odiosa.
En ocasiones, no comemos porque queremos adelgazar y resulta que estamos de muy mal humor todo el día hasta que de golpe nos engullimos una tableta entera de chocolate.
Queremos una dieta sana y para ello, almorzamos un arroz, que aunque integral está precocinado, metido en una lata y lo calentamos en el microondas.
¿Puede haber cosa más antinatural? Pues sí, que lo acompañes del ruido de la televisión y ya si es el telediario habrás llegado al culmen de la antinaturalidad.
Es sorprendente con la frecuencia con la que uno renuncia a alimentarse de manera diferente por el miedo a parecer distinto, al qué dirán.
La gente no cuestiona que quieras ser vegetariano, sino las expectativas que se abren ante esa nueva situación para ellos, porque sin tú quererlo, estás diciéndoles a sus consciencias que otra forma de alimentación es posible y no hay nada más frustrante para una persona que otra que haya decidido ir a por lo que desea, lo consiga y encima se lo restriegue por la cara cada vez que coman juntos.
Uno de los grandes problemas que arrastramos la mayoría de los seres humanos es que estamos peleados con nuestro deseo de tener libertad de elección, de no tener que necesitar la aprobación de otros para sentirnos felices y seguros.
Es muy gratificante la sensación de alcanzar un objetivo, te sientes pleno, orgullos@ de ti mismo.
Te invito a que tengas esta sensación cada vez que des un paso por pequeño que sea, hacia tu alimentación ideal.
Ya te digo desde aquí, para que seas consciente, que la no realización de tus deseos y la aceptación de situaciones que quieres cambiar, es una fuente constante de infelicidad.
Las frases hechas como “siempre se ha comido así” o “los animales están para eso”, son como un bálsamo que se usa para aliviar y callar la conciencia que grita intentando decir que otra alternativa más ética existe a la hora de alimentarnos.
Si decides ser vegetariano, no ceses en tus propósitos por complacer a otros, porque este deseo te perseguirá toda la vida, por mucho que intentes enterrarlo.
Y si ya lo eres, te aseguro que la mejor forma que tienes de callar bocas es aprendiendo sobre nutrición.
Algunas buenas prácticas en la vida
Aquí te dejo algunas sugerencias que van a ayudarte en tu día a día:
- Agradece las opiniones a todos, pero céntrate en las positivas.
- Rodéate de personas que no te resten, sino que te aporten energía y quieran saber más sobre tu elección vegetariana.
- Lee y fórmate sobre temas de nutrición a todos los niveles, desde recetas hasta saber qué es un aminoácido, de esta forma evitarás que algunas preguntas te dejen fuera de juego.
- Prepara un plan semanal de comidas. Conseguirás ahorrar tiempo y dinero.
- Come con color, cuanto más color haya en tus platos mayor será el aporte de antioxidantes que recibirá tu organismo.
- Aliméntate de manera consciente, recuerda que no todo lo que es comestible te nutre.
- Usa alimentos de temporada, de la zona donde vives y a ser posible ecológicos.
- No intentes cambiar la alimentación de otras personas a la fuerza, cada uno tiene un tiempo y respetarlo es fundamental si tu también quieres recibir ese respeto.